Febrero 15, 2020
Blog Invitado: Elvira Carvajal habla sobre la lucha para mejorar protecciones para campesinas en contra de las pesticidas
Escrito por la Alianza Nacional de Campesinas
Elvira Carvajal se encuentra en los campos de la Florida en una mañana lluviosa en febrero, rodeada por agricultura y cosechas donde por años trabajó con gran empeño como campesina. Hoy sus esfuerzos y dedicación siguen plantados con las comunidades agrícolas, pero Elvira carga diferentes herramientas para realizar su trabajo. En su posición como organizadora nacional para Alianza Nacional de Campesinas, ahora trabaja no solo con grupos de campesinas y organizaciones locales, como la Asociación Campesina de Florida (Farm Worker Association of Florida, FWAF), si no también con organizadoras a través del país, abogando por sus comunidades y por los derechos de la mujer campesina.
En este día en particular, se prepara para hablar con un grupo, dar una entrevista con Univisión sobre su historia como campesina y discutir los peligros de la exposición a los pesticidas que se aplican a las cosechas.
Los pesticidas no siempre se usaban a los niveles que se ven hoy. Se estima que en los Estados Unidos, 1.1 billones de libras de pesticidas y herbicidas se rocían en los cultivos anualmente. En nuestra entrevista por teléfono, Elvira da testimonio sobre los efectos de tantos químicos para las y los trabajadores agrícolas que viven cerca de la agricultura.
En la ciudad agrícola de Homestead en Florida, Elvira recuerda que murieron alrededor de diez personas, tres o cuatro de ellos miembros de la Asociación Campesina de Florida, debido a enfermedades crónicas como cáncer y problemas de la piel. Recuerda a un joven que murió de cáncer del estómago a los 19 años y otros niños con problemas de salud. En el pueblo de Immokalee, no muy lejos de Homestead, también conoció a mujeres que dieron luz a bebés con complicaciones de salud y deformidades -- casos que generaron mucha cobertura en la prensa. Pero los cambios necesarios para proteger a las y los trabajadores agrícolas siguen sin realizarse.
Trabajando en un vivero de orquídeas rociadas con pesticidas, Elvira no siempre sabía de los peligros, aunque tomaba precauciones para cuidarse del sol y esto también la protegía de los químicos. Recuerda una mañana en el trabajo cuando le dieron calambres intensos en el estómago y en los pies. Al sentir tan intenso el dolor, le avisó a su supervisora, pero sus síntomas fueron desestimados y no le aconsejaron que buscara ayuda médica.
Escuchando y siendo testiga de casos de envenenamiento, Elvira acompañaba a las mujeres campesinas a las agencias de salud y el Departamento de Agricultura para que dieran testimonio sobre los efectos tan dañinos a los que se estaban exponiendo en el trabajo. "Yo sentí que tenía un compromiso de ayudar a informar a la gente de los cambios que se han visto en la agricultura, y los peligros asociados."
¿Cómo podemos protegernos, crear conciencia y mejorar las condiciones como comunidades? Elvira resalta la importancia de la comida sana que no esté empapada de químicos, y que en su cultivación no considere solo las ganancias, sino la salud de los que cosechan esta comida. Sigue su trabajo luchando por la mujer campesina y todos los temas que las afectan en los campos, y levantando su voz. “Hay que seguir en la lucha, dar testimonios claros y abogar por cambios sistémicos que protejan los derechos humanos de las comunidades agrícolas.”