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Rompiendo barreras: El movimiento de mujeres en la industria del cangrejo en Maryland

Uno de los símbolos más populares que representan al estado de Maryland, en Estados Unidos, son los cangrejos. La costa este de Maryland fue conocida en el pasado como la capital mundial del marisco, pero lo que poco se menciona o reconoce son los grandes grupos de personas que están detrás de los deliciosos pasteles de cangrejo que comemos. 

La costa oriental de Maryland está rodeada por la bahía de Chesapeake, el océano Atlántico y otros ríos y estanques, lo que permite que la industria del marisco aporte un aspecto económico fundamental para las comunidades cercanas. Detrás de la industria del marisco y el cangrejo, existen muchos rostros de personas trabajadoras, en su mayoría mujeres de color y mujeres migrantes. 

El trabajo en la industria se realiza bajo duras condiciones laborales, que ponen en riesgo la salud, por ejemplo: los almacenes, en su mayoría, carecen de aire acondicionado, por lo que las personas trabajadoras experimentan altas temperaturas en ambientes cerrados. Sin embargo, algunas situaciones han mejorado, luego de la lucha y organización colectiva de las personas trabajadoras. En 1938, los recolectores de cangrejos se declararon en huelga para protestar porque las empacadoras estaban recortando sus salarios de 35 a 25 centavos por libra, lo que sólo permitía a las y los trabajadores ganar una media de 1,50 dólares a la semana. Tras el anuncio de los recortes salariales, el 4 de abril de 1938, los recolectores de cangrejos de muchas empacadoras abandonaron sus puestos de trabajo en señal de protesta. Se calcula que unas 600 mujeres, en su mayoría negras, participaron en esta huelga. Estas mujeres no sólo fueron a la huelga, sino que también se organizaron con frecuencia reuniéndose a través de sus iglesias locales y utilizaron recursos como los sindicatos del Congreso de Organizaciones Industriales (CIO, por sus siglas en inglés). 

Hubo cierta resistencia por parte de las empacadoras, los empleadores recurrieron al uso de  amenazas violentas e intimidación racial. Se formaron turbas que se reunían en los barrios negros para tratar de encontrar a los organizadores de la huelga e intimidarlos para que abandonaran la huelga. A pesar de todas las dificultades, estas mujeres recolectoras de cangrejos se mantuvieron firmes y ganaron la huelga. Para el 9 de mayo de 1938, la mayoría de las empacadoras cedieron y aceptaron restablecer el salario a 35 centavos por libra.

Actualmente, la mayoría de personas trabajadoras del cangrejo en Maryland son personas trabajadoras migrantes, muchas de ellas mujeres mexicanas, que están viviendo y trabajando temporalmente con visas H2-B, permisos de trabajo que el gobierno estadounidense concede a los empresarios estadounidenses mediante un sistema de lotería. 

Luchar cuando no se respetan tus derechos es importante. No tienes por qué hacerlo solo, la unión hace la fuerza y en el Centro de los Derechos del Migrante estamos para apoyarte. Antes de la huelga de las trabajadoras del cangrejo de 1938 hubo tres huelgas que no tuvieron éxito, pero estas 600 mujeres no dejaron que eso les impidiera luchar por su derecho a un salario justo.

Hoy, desde el Centro de los Derechos del Migrante queremos reconocer la lucha y valentía de todas las personas trabajadoras que defienden sus derechos, en especial, de aquellas personas migrantes que aún frente a los obstáculos que existen en un sistema racista y discriminatorio, buscan organizarse y exigir mejores condiciones laborales y de vida. Las seguiremos acompañando en su camino defendiendo sus derechos laborales, aún hay mucho por hacer.