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Gerardo Santiago: un trabajador H-2A que fue detenido y deportado en los Estados Unidos hoy alza su voz en la búsqueda de justicia.

Gerardo Santiago Hernández es originario de Guerrero, una comunidad en el estado de Hidalgo en donde las oportunidades laborales son escasas, razón por la cual, Gerardo se vio orillado a buscar trabajo en los Estados Unidos con visa H-2A, pues necesitaba mantenerse y asegurar el sustento de su esposa y sus 4 hijos; el más pequeño de seis años de edad.  Cuando Gerardo se tuvo que separar de su familia lo hizo con la esperanza de mejorar su vida, pero desafortunadamente no fue lo que esperaba. 

Durante cuatro años Gerardo se empleó a través del programa de visa temporal H-2A, recuerda que ese tiempo de trabajo en el campo fue duro. Primero llegó a Carolina del Norte, donde trabajó en la pisca de camote, luego trabajó una temporada en Florida, cosechando y piscando naranja, y finalmente trabajó en un vivero en el estado de Michigan. 

Sus contratos duraban sólo 3 o 4 meses, sin embargo, su empleador les hacía quedarse por más tiempo a él y a sus compañeros de trabajo bajo la promesa de conseguirles una extensión de su visa. Gerardo no confiaba en la promesa de su patrón y se sentía incómodo cuando les pedía quedarse a trabajar más tiempo a pesar de que su visa ya había vencido, pues no quería cometer algún error o infringir alguna ley. Sin embargo, sentía que no tenía otra opción.

¿Cómo fueron tus experiencias de trabajo con visa H-2A en los Estados Unidos?

Para mi las temporadas de trabajo en los Estados Unidos fueron duras y tristes, mis compañeros y yo recibimos maltratos por parte de la compañía y del reclutador, quienes nos trataron siempre con engaños y nunca cumplían sus promesas

¿Cuál fue la situación que atravesaste con Four Star Greenhouse?

Nosotros hacíamos el  trabajo duro en la pisca de camote y naranja y nos emocionaba la promesa de que cuando fuéramos a Michigan, nos iban a pagar más - por hora. Pero cuando la agencia de reclutamiento nos llevó a Michigan, para trabajar con Four Star Greenhouse, de pronto nos dejaron de pagar por completo y nos mantuvieron encerrados en un apartamento por un mes a mí y otros ocho compañeros. Yo me sentía como secuestrado.

Ni el patrón ni la agencia  nos contestaban las llamadas. Esta situación  nos mantenía muy preocupados. Tampoco nos llevaban a la tienda para comprar alimentos y poner saldo a nuestros teléfonos celulares para poder comunicarnos con nuestras familias y seres queridos en México.  

¿Cómo sucedieron los hechos de la detención y deportación?

Un día me sentí mal de salud y entonces fui a hablar con la compañía Four Star para informarles que me encontraba mal. Ellos me preguntaron por qué no compré medicamentos y les conté que no había recibido mi pago. Poco tiempo después, la agencia me entregó a mi y a mis compañeros con migración. Estuvimos alrededor de 50 días en detención, sin dinero y sin poder comunicarnos con nuestras familias. 

Gerardo regresó a México, pero ahora se siente contento por estar reunido con su familia. También se encuentra esperanzado, pues con la ayuda del equipo legal del Centro de los Derechos del Migrante, de  Michigan Immigrant Rights Center y de Farmworker Legal Services, inició un proceso legal en búsqueda de justicia por los abusos que recibió como trabajador migrante temporal en los Estados Unidos.

¿Qué le dirías a otras personas trabajadoras migrantes?

Les pido que tengan mucho cuidado y que si notan algo raro o piensan que están siendo abusados y/o engañados por el reclutador o por el patrón, busquen ayuda. 

 

Ahora Gerardo sabe que las personas trabajadoras migrantes pueden comunicarse con inspectores y abogados que les apoyan en defender sus derechos laborales.