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"Tenemos que seguir educándonos en todos los aspectos, porque eso nos ayuda a crecer,” dice Eusebia Herrera. “Como parte del Comité, siento que pongo mi granito de arena para ayudar a las personas, poco a poco.”

Eusebia cree firmemente que la educación, especialmente la que se obtiene escuchando a otras personas, sirve para tener un balance en la vida. Es por esto que ser parte del Comité de Defensa del Centro de los Derechos del Migrante, Inc. (CDM) le da energía para seguir luchando.

Como una de las integrantes más recientes del Comité de Defensa del Migrante, Eusebia se unió a la lucha por los derechos de personas migrantes cuando el equipo del CDM dio una charla en su comunidad, Ejido Palomas, en Ciudad del Maíz, San Luis Potosí.

Eusebia ha estado aprendiendo sobre las características de las visas  J-1 y H-2, principalmente la información que uno debe de saber para evitar un posible fraude: el nombre de la empresa, el empleo y los contratos cuando los reclutadores ofrecen trabajo.

“He visto suficientes casos de fraude como para decir ¡basta! Ya estoy cansada de ver estas situaciones.”

Eusebia trabajó como niñera en los Estados Unidos. Se interesó en los temas porque quiere empoderar a su comunidad; por eso, le gusta hablar sobre fraude en el reclutamiento y cómo prevenirlo.

Por ejemplo una conocida le comentó que su hijo tenía que pagar a un intermediario 1500 dólares extra al llegar a Estados Unidos a cambio de un trabajo; Eusebia le dijo que las cuotas de reclutamiento son ilegales.

“A nadie nos gusta que el fraude llegue a nuestras casas, existen señales de cómo detectar fraudes y como poder prevenirlo en nuestras vidas. Debemos ayudar a las generaciones que vienen.”

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Este artículo es el segundo de la serie Justicia en el camino, donde presentamos a las y los integrantes del Comité de Defensa del Migrante, hablando sobre sus experiencias en Estados Unidos y su impacto en sus comunidades.